Bienvenidos a Madrid!!!
Ultima escala de nuestro primer viaje a Europa en familia!
Después de visitar Londres, Roma y El Vaticano, Calabria, Florencia, Venecia, París, Barcelona y Galicia; ya estamos en Madrid, la parada final antes de volver a Buenos Aires.
Antes de seguir, quiero decir que fue muy placentero y educativo escribir estos relatos; placentero por poder compartirlo y reforzar los recuerdos; educativo, porque para escribirlos tuve que informarme sobre algunos de los lugares por los que pasamos, (varios casualmente), para poder describirlos con la máxima responsabilidad que merecen los muchos o pocos que puedan leer mis experiencias.
Para terminar este comentario, les digo que todo lo que cuento y muestro, está basado en mis propias vivencias y fotos; los gustos e intereses, míos y de mi familia; los elementos circunstanciales, como fechas y climas, tiempos disponibles y por supuesto, nuestras posibilidades económicas.
Esto no es, ni mucho menos, una recomendación de lo que hay o no que hacer, como dije, solo es un relato de lo que vivimos en este viaje y las opiniones que me merecieron cada una de las cosas que vimos, sean buenas o malas.
Me alegraría mucho, que les pueda ser útil.
La Casa de la Panadería
Como llegamos
Tardamos bastante, seguramente por no conocer el camino, pero no tuvimos grandes problemas, excepto una vez, que bajamos de la autovía para ir al baño y no encontrábamos la subida por ningún lado, así que tuvimos que hacer una «argentineada» y subimos por la bajada, por supuesto porque casi no había tráfico.
Camino a Madrid
Nuestro compañero de viaje
Donde alojarse
Nuestro alojamiento en Madrid, fueron los Apartamentos Roisa, a una cuadra de la rotonda San Bernardo, lo reservamos por Booking y a esta altura debo decir que no tuvimos ni un problema con las reservas que hicimos con ellos, son altamente recomendables.
Los Apartamentos Roisa, están en un viejo edificio sobre la Calle San Bernardo, donde alquilan apartamentos bastante cómodos y tienen una oficina de administración y recepción.
El trato al principio no nos gustó, porque no me dejaron ni estacionar, (mucho menos ver el apartamento), y ya querían cobrar el saldo, aunque ya habíamos pagado la mitad de la estadía con la reserva.
Al margen de este pequeño incidente, cuando estuvo satisfecha su ansiedad económica, fueron muy amables y hasta nos imprimieron las tarjetas de embarque para el vuelo de vuelta, además de guardar nuestro equipaje el día de la salida.
Después de acomodarnos, fuimos hasta Plaza de España a devolver el auto, que como conté antes, habíamos alquilado en Enterprise. El lugar de devolución es subterráneo y se entra por el carril central de la Calle de la Princesa.
Apartamentos Roisa
Día 1 – Templo de Debod, Puerta del Sol, Plaza Mayor
Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote y Sancho Panza en Plaza España
Gracias a la ayuda internacional, Egipto consiguió salvar entre otros, el Templo de Abu Simbel, que de otro modo, hubiera quedado sepultado en la construcción de la Gran Presa de Asuán.
Fue trasladado y reconstruido piedra por piedra y adentro se pueden ver, muros con relieves, maquetas y proyecciones audiovisuales, aunque sin duda lo mejor es ver el atardecer en la terraza sobre la que se encuentra.
Templo de Debod
Jardines de Sabatini
Frente al Teatro Real
El Palacio Real
Su construcción comenzó con la Casa de Correos a mediados del siglo XVIII y un siglo más tarde, entre 1857 y 1862, tomó su forma definitiva. En el siglo XX se añadieron los jardines, la fuente y se agrandó la zona peatonal.
Los íconos más destacados, son el cartel de Tío Pepe, la escultura de El Oso y el Madroño, el Kilómetro 0 y el Reloj del Correo, desde donde suenan las campanadas de fin de año, desde 1962.
Puerta del Sol
El inconfundible cartel de Tío Pepe
El Oso y el Madroño
Fue construida en el siglo XVI, sobre la vieja Plaza del Arrabal, el mercado más popular de la ciudad. A fines del siglo, se construyó la Casa de la Panadería, un edificio genial, con pinturas murales de Carlos Franco, que tuvo muchas funciones y hoy es la sede del Centro de Turismo de Madrid.
En el siglo XVII, se le encargó al arquitecto Juan Gómez de Mora, unificar las fachadas de los edificios alrededor de la plaza y la Casa de la Panadería, fue el ejemplo a seguir.
A causa de varios incendios que sufrió la plaza, se hicieron varias remodelaciones. En el siglo XVIII, durante el último de ellos, Juan de Villanueva redujo la altura de las fachadas y cerró las esquinas, dejando arcadas para el acceso.
La Plaza Mayor
Los excelentes murales de la Casa de la Panadería, obra de Carlos Franco
Después de estar un rato en la plaza y para terminar nuestro primer día, compramos unos «bocadillos», como dicen en España o sánguches, como decimos nosotros, en el Museo del Jamón.
Todo lo que comimos fue excelente y a un precio muy bueno, sobre todo comparando con otros lugares que vendían lo mismo y lo cobraban el doble o más. Sin duda, uno de los museos que más disfrutamos 😉
Día 2 – Palacio Real – Mercado de San Miguel – El Corte Inglés
La Plaza de la Armería en el Palacio Real
El más real de los pavos reales
Escultura de Carlos IV
Sala de la Armería
También hay otra historia, que dice que ante el inminente ataque sarraceno en el siglo VIII, la Virgen fue escondida en un nicho de la muralla y cuando la ciudad fue reconquistada en el siglo XI, el rey Alfonso VI, durante una procesión, pasó frente al muro y una parte se derrumbó, dejando a la vista la imagen con dos velas encendidas.
En cuanto al edificio, el rey Alfonso XII, puso la piedra inaugural en 1883, aunque por la muerte del arquitecto, cambios en el proyecto, la guerra civil y otros incidentes, recién se terminó a fines del siglo XX. En la catedral se celebró una única boda, la del actual Rey Felipe de Borbón con Letizia Ortiz.
Catedral de Nuestra Señora la Real de la Almudena
Fue construido en 1916, en un espacio que desde el siglo XIII, estuvo ocupado por la Iglesia de San Miguel de los Octoes, que fue destruida por un incendio en 1790. Desde ese momento, el espacio empezó a ser utilizado como mercado.
A fines del siglo XIX, con el reordenamiento urbanístico de la ciudad, quitaron los puestos al aire libre y lo reemplazaron por un mercado cubierto, cuya construcción de hierro terminó en 1916.
A fines del siglo XX, decayó mucho y se le hizo difícil competir con los hipermercados, así que fue remodelado en 2009, utilizando un concepto muy parecido al del Mercado de la Boquería de Barcelona, con una idea más gastronómica y de degustación que de compra diaria, sin embargo encontramos precios poco convenientes, por no decir caros, comparados con la Boquería.
Mercado de San Miguel
Para la compras de ropa, zapatillas, botines de fútbol, etc., etc., entramos en el mítico El Corte Inglés, frente a la Puerta del Sol.
Debo reconocer que encontramos buenos precios, al menos comparando con Buenos Aires y además se puede conseguir una tarjeta gratuita, (avalada por nuestra tarjeta de crédito), con la que nos hacían un 10% de descuento en la compra y se acumulaba para la compra siguiente.
Por supuesto tiene su trampa, y es que siempre va a quedar algún descuento sin utilizar, ya que de la última compra que hagamos no podremos disfrutar de la rebaja. De cualquier manera, para casi evitarlo, hicimos que nuestra compra final, fuera de menos de €2, con lo que dejamos casi nada en la tarjeta.
Y así terminó nuestro segundo día. Después de las compras callejeamos un poco y nos fuimos a descansar.
Calle Alcalá y Calle Sevilla
Posada del Peine
Detalles de Madrid
Día 3 – La Gran Vía, Parque del Retiro y vuelta a Bs. As.
Nuestros primeros pasos nos llevaron a la Gran Vía, una de las más importantes avenidas de Madrid, que fue terminada a principios y no tanto del siglo XX, después de no pocas trabas y edificios demolidos. Su trayecto va desde la Plaza de España, hasta su encuentro con la Calle de Alcalá.
La Gran Vía de Madrid
También estuvimos en la Plaza del Callao, donde mi hijo me «obligó» a comprarle juegos para la Playstation en la Calle Preciados y subimos al bar y terraza del último piso, de otra de las tantas sucursales de El Corte Inglés, desde donde se tienen muy buenas vistas de la Gran Vía.
La Gran Vía desde El Corte Inglés
La fuente fue construida a fines del siglo XVIII, cumpliendo su función de abastecer de agua a la población, hasta fines del siglo XIX, cuando la trasladaron al centro de la plaza y pasó a ser decorativa.
La escultura representa a la Diosa Cibeles, (la Madre Tierra), en un carro tirado por leones y la plaza está rodeada de edificios emblemáticos, como el Ayuntamiento, el Palacio de Linares y el Banco de España.
Justamente sobre el banco hay una historia, que dice que si las alarmas de la Cámara del Oro, enterrada a 35 m de profundidad, sonaran por un intento de robo, las aguas de la fuente la inundarían, ahogando a los ladrones.
Palacio de Cibeles
Fuente de Cibeles
El parque, es simplemente imperdible. Contar la historia o detalles de sus esculturas y edificios, realmente no es relevante, basta con recorrerlo y disfrutarlo, porque todo lo que hay vale la pena.
Solo voy a destacar el Palacio de Cristal, un edificio genial de hierro y vidrio, que alguna vez fue un invernadero y hoy se utiliza para exposiciones o como fue nuestro caso, para dormir una siesta. Sí, dentro del palacio, había una tienda de colores, con alfombras y sillones, donde la gente se sentaba o acostaba a descansar con una suave música y que nosotros, después de tantos días de andar, disfrutamos especialmente.
Puerta de Alcalá
Palacio de Cristal
Tienda en el Palacio de Cristal
Iba a escribir una crítica sobre Air Europa, pero me parece injusto para mí mismo y para quien lea este relato, terminar con una queja. Quizás la escriba en otro momento o en otro lugar
A estas alturas, puedo decir que después de veinticinco días de viaje, tomando ocho vuelos; cuatro trenes, alquilando dos autos, navegando en barco y en góndola, alojándonos en cinco hoteles y cuatro departamentos; esto sin contar metros, buses y extensísimas caminatas, subidas y bajadas; llegamos muy cansados, pero también muy contentos.
Todo lo planificado se cumplió de manera casi perfecta, vimos todo lo que queríamos ver y algo más.
Es verdad, estuvimos poco en cada lugar, no llegamos a vivirlos y tuvimos que descartar visitas interesantes; pero lo habíamos pensado así, ver un pantallazo de todo y si algún día podíamos volver, tomarlo con más calma.
Los diez lugares que visitamos, son casi imposibles de comparar, por su arquitectura, por su gente, a veces por su idioma, ciudades enormes y otras que recorrimos caminando, ordenadas y caóticas, a orillas del mar o atravesadas por un río, unas muy antiguas y otras modernas, obras de arte increíbles, comidas espectaculares y anécdotas de todo tipo.
Como conclusión puedo decir, que el viaje cumplió sobradamente nuestras expectativas y sobre todo su objetivo, llenarnos el alma de felicidad y dejarnos un recuerdo imborrable.
La Calle de Alcalá con la Puerta de Alcalá al fondo
Estanque del Parque del Buen Retiro
Volviendo a casa